abril 21, 2025
Homenaje de las Sociedades Bíblicas Unidas
Con profundo respeto y hondo pesar, Sociedades Bíblicas Unidas lamentan el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, un hombre comprometidamente evangélico, un fiel servidor del Evangelio y una voz profética en nuestro tiempo.
El Papa Francisco fue un hombre de la Biblia. Su profundo amor por las Escrituras dio forma a su ministerio e inspiró a millones de personas en todo el mundo a encontrarse con la Palabra viva de Dios. Su predicación y su testimonio estaban arraigados en la verdad del Evangelio, y su vida reflejaba la humildad, la compasión y el coraje de Cristo mismo, a quien siguió fielmente.
Fue un hombre que tendió puentes, fomentando incansablemente la reconciliación en un mundo dividido y abriendo vías de diálogo más allá de las fronteras confesionales y religiosas. Su compromiso con la unidad, la justicia y la paz resonó mucho más allá de las paredes de la Iglesia Católica, invitando a todos los hombres de buena voluntad a caminar juntos en esperanza. Su corazón abierto y sus manos extendidas fueron un testimonio del amor reconciliador de Cristo.
El Papa Francisco fue amigo del movimiento de las Sociedades Bíblicas. Afirmó la misión vital de hacer la Biblia accesible a todas las personas y apoyó el trabajo de las Sociedades Bíblicas con generosidad de espíritu y genuina colaboración. Su aprecio por la misión de traducción, distribución e interacción con la Biblia fue inquebrantable.
Las Sociedades Bíblicas de todo el mundo sirven a la Iglesia Católica Romana y a las comunidades católicas, trabajando en estrecha colaboración con los sacerdotes, obispos, educadores religiosos y líderes laicos para garantizar que las Escrituras estén presentes, sean accesibles y tengan vida en los corazones de los fieles. El Papa Francisco defendió esta misión, reconociendo que la Palabra de Dios le pertenece a todos y transforma a todos los que se encuentran con ella.
Al dar gracias por su vida y su legado, también nos comprometemos de nuevo con los valores que tan bellamente encarnó: un amor apasionado por la Palabra, una vida centrada en el Evangelio, un servicio humilde, una intrépida búsqueda de la reconciliación, la unidad en la diversidad y el poder transformador de la Biblia.
Que el Señor le acoja con las palabras: «Bien, buen siervo y fiel». Y que su recuerdo sea un aliento y una bendición para todos nosotros.
Sociedades Bíblicas Unidas
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